Ricardo Ribeiro Cortes Corsi, más conocido como Mestre Boca Rica es capoeirista, músico y gran investigador de la historia de la Capoeira. En esta entrevista comparte con nosotros un poco de su camino capoeiristico.
Tras muchos años al lado de Mestre Suassuna llegó a Barcelona en 2008 donde, junto a Mestre Pantera, fundó el grupo CDO Barcelona que el pasado mes de marzo de 2019 cumplió su 10º aniversario.
¿Cómo empezaste en la capoeira?
Lo primero es que me gustaría agradeceros la invitación y felicitaros por el proyecto de Papoeira. Creo ques esto es lo que necesita ahora mismo la capoeira, personas que busquen información y la compartan con capoeiristas más iniciantes
Es muy importante esa búsqueda.
Empecé en la capoeira a finales de 1991. Siempre hice mucho deporte ya que de pequeño padecía bronquitis asmática y los médicos me recomendaron hacer mucho deporte.
Con 3 años empecé a nadar pero mi madre siempre quiso que hiciera algún arte marcial así que empecé con judo, pasé por el karate y al cabo de unos años probé con el tae kwon do.
En todas ellas me pasó lo mismo, me identificaba con el arte pero no con el profesor. Fueron los profesores los que me fueron desmotivando hasta que dejaba la disciplina.
En el 91 empecé con la capoeira a través de un amigo, Cesar, que incluso ha venido a visitarnos aquí a Barcelona. El empezó capoeira antes que yo y en un momento llegó a ser mi alumno. Empezamos juntos en el colegio Mackenzie en São Paolo donde, una vez por semana, teníamos clase con professor Teti. Un alumno formado de Mestre Canhão que fue alumno de Mestre Bimba.
Mestre Canhão tenía una academia cerca de mi colegio llamada K-poeira (la K era el dibujo de un capoeirista haciendo una aú), pero cuando yo empecé a entrenar la academia ya había cerrado.
Al principio teníamos clase una vez a la semana pero al tiempo Teti aumentó las clases a dos veces por semana. En esa época una de las clases la daba el mismo Mestre Canhão. En verdad mi primera cuerda me la dieron allí.
Y entonces volví a desencantarme con el profesor, no me sentía muy bien entrenando allí. Algunos amigos ya se habían ido y en un momento Teti tuvo un desencuentro con mi amigo Cesar.
Lo hablé con mis padres y resulta que mi hermano había visto que se acababa de abrir una academia de capoeira cuando iba en bici de camino a casa de nuestra abuela . Allí en el Largo de Dona Cecília en la calle Dona Veridiana.
Mi hermano dijo que en el cartel ponía Mestre Suassuna. Mi padre pensó que se trataría de un hijo de Mestre Suassuna, ya que cuando era joven había entrenado con él. Mi padre dijo que si era realmente Mestre Suassuna podía ir a entrenar con él.
Recuerdo la primera vez que entré en la academia, había una reunión de mestres (pero en ese momento aun no lo sabía), estaban todos sentados alrededor de una mesa y al acercarme simplemente dije que quería registrarme en la academia.
Mestre Suassuna se levantó, puso una mano en mi hombro, me llevó hasta la fuente de agua y me dijo que bebiera un poco. Cuando acabé me dijo: «ahora vete y vuelve mañana a la misma hora para apuntarte a la academia».
Al principio seguía entrenando en el MacKenzie una vez a la semana e iba dos veces a la academia del Mestre. Cuando realmente me enganché a la capoeira hablé con el Mestre para formar parte del grupo. Tuve un batizado simbólico a los tres meses de haber empezado con la capoeira, Mestre Dourinho, me hizo una cuerda y me la dieron en la roda.
Durante un año entrené en los dos sitios hasta que finalmente dejé las clases en el MacKenzie.
Fue en ese proceso cuando le dije a mi amigo Cesar de venir a la academia, él estaba entrenando en una academia que se llamaba Malungo.
(¿Cuántos días entrenabas a la semana?)
Cada día, de lunes a lunes… Mis clases en la escuela eran de 7:30 a 12:30, pasaba por casa a comer y llegaba a la academia sobre las 15h. Solía entrenar hasta las 2 o las 3 de la mañana, a veces hasta me quedaba a dormir e iba directo a clase.
Fueron unos 3, 4 o hasta 5 años muy intensos.
Dormir en la academia, llevar la organización, dar clases… nos ibamos turnando hasta que en 2017 llegó Contra-Mestre Tourinho que se encargó de llevar las riendas de la academia.
Estaban los que llevaban más tiempo con los que pude tomar clases, Mestre Durinho, Mestre Tião, Mestre Carlos, Mestre Xavier, Mestre Bilisco… en esa época no había un responsable concreto y se iban turnando. Estoy muy feliz por haber vivido ese proceso en el que pude tomar muchas clases directamente con el Mestre.
En esa época pude tener un contacto más cercano con él.
En esa época, ¿era normal que un alumno iniciante tuviera clases con el Mestre?
Si, el Mestre daba muchas clases. Cuando llegué él daba la clase de las 15:30 a las 17h.
Normalmente también daba las clases de la tarde-noche de 18:30 a las 20h, la última clase del día solía darla un alumno avanzado (20:30 a 22h).
Cuando los alumnos más antiguos fueron volviendo a la academia y todo se estabilizó el Mestre escogía las clases que quería dar.
Él tiene una personalidad muy activa, no le imagino parando. Yo le conocí con 55 años, ahora tiene 80 y sigue con esa disposición y esa energía a pesar de que pueda estar cansado o que su condición física no sea la misma.
Pero sí, era normal, todos los que llegaban a la academia entrenaban con él.
Es interesante saber que empezaste con judo, karate, taekwondo… yo que soy estranjero y no sé muy bien como va me gustaría saber cómo fué. Porque para mi la Capoeira es una cosa tan brasileña…
(Cutia: pero es gracioso ya que la gente en Brasil tiene la misma idea, de que la capoeira es algo muy común pero no lo es tanto… ¿no, Boca? Depende también..)
Creo que en Brasil hay una gran americanización de las cosas, ¿no?
Hay muchos menos prejuicios contra esas artes marciales de los que sí hay contra la Capoeira.
Se puede decir que históricamente la capoeira era algo de holgazanes, de vagabundos… a pesar de que puedo decir que mi família siempre me apoyó tuve que trabajar duro para que aceptasen mi deseo de vivir de la Capoeira.
Creo que si hubiera querido ser profesor de Karate habría sido más fácil para ellos.
No recuerdo casi nada de lo que aprendí en esas artes marciales, quizás pueda contar aun hasta 10 en japonés. No me sentía identificado con el silencio y la seriedad que impera en esas artes marciales, la alegría de la Capoeira realmente conectó conmigo.
Recuerdo que la última arte marcial que hice antes de la Capoeira fue el Taekwondo. Cuando tenía 12 años el profesor me obligó a hacer un espagat forzando mis piernas al máximo… salí llorando de allí y no volví.
Al ver a los capoeiristas tocando el berimbau me dije: Qué chulo, ¡eso es realmente diferente!
Tenía muchos amigos que también eran capoeiristas, Cesar y yo nos volvimos uña y carne en esa época.
Para nosotros brasileños la capoeira es algo normal, Boca, ¿al venir a Barcelona te chocó mucho el cambio? ¿Cómo fue ese proceso de salir de Brasil y venir a Barcelona con Capoeira?
No hubo mucha sorpresa ya que era una decisión que había tomado hace tiempo. Ya había estado en Estados Unidos unos 7 meses con Mestre Chicote.
Estuve tres años en Belo Horizonte pero antes de ir hacia allí ya habíamos hablado con mi ex mujer de salir de Brasil un tiempo cuando ella se graduara.
Vinimos para intentar transmitir nuestra cultura y claro, mi especialidad es la Capoeira. Fue y es una lucha diaria, hay que tener persistencia y constancia.
Hay altos y bajos y hay momentos en los que uno se desanima… el otro día estaba en un evento y una chica me preguntó: «Mestre, ¿ha pensado alguna vez en dejar la capoeira?» Y yo le contesté: «En el día de hoy unas tres veces ya«.
La Capoeira me ha dado todo lo que tengo en la vida, pero hay momentos en los que es duro.
Cualquier profesión tiene momentos de bloqueo, en esos momentos creo que uno tiene que reciclarse. En estos años creo que he cambiado también como persona, por circumstancias de la vida también ha cambiado mi didáctica, la manera de tratar a los alumnos, buscar cosas nuevas cuando el cuerpo ya no te responde a las de siempre… uno va cambiando.
Creo que cuando uno sale del «regazo» de su mestre aprendes muchas maneras nuevas de enseñar, todo capoeirista pasa por la época de imitar a su mestre en la manera de dar clases.
Hace ya años que estoy lejos físicamente de mi mestre y claro, no tengo tanto acceso al reciclaje que puedes tener con él. En ese momento hay que buscar nuevas maneras, él siempre fue una persona muy creativa y hay que buscar esa creatividad en otras partes.
Tomando clases de otros profesionales, no solo de capoeira, tomar clases en otras disciplinas que trabajan con el cuerpo como el baile, el teatro, la música. Uno tiene que traer a la capoeira todas esas cosas que la puedan hacer crecer.
Siempre pienso que venimos de una cultura popular muy rica pero que tiene eso de: El mestre ha dicho que es así. Y eso es algo que me sorprendió mucho de la gente europea, aquí no van a hacer las cosas solo porqué digas que es así.
Me gustaría que hablases un poco de tu relación, tanto por las cosas buenas como por las que no lo son tanto, con el Mestre. Y cómo, siendo Mestre, lidia con sus alumnos que son principalmente europeos. De como es esa realción Mestre – alumno.
Wow, que pregunta buena y larga, ¿no?
Creo que esta pregunta está un poco relacionada con lo que he dicho antes. La gente va cambiando.
Creo que siempre he sido bastante tranquilo, es mi manera de enseñar, no tengo esa posesividad con los alumnos.
Ellos tiene el derecho de estar o de irse a otro lugar si lo necesitan, la libertad de escoger un Mestre u otro, es natural.
Mi relación con el Mestre empezó siendo yo un adolescente y él una persona adulta. Estuve 15 años a su lado así que de un modo u otro no puedo negar su influencia en mi vida.
Siempre tuve una buena relación con él porqué cuando algo no me gustaba sabía expresarlo. Con mucho respeto por supuesto, ya que creo en el bagage que trae consigo una persona de mayor edad, pero no sólo a nivel edad sino también como experto en una cierta disciplina.
Creo que si una persona sigue reciclándose y aprendiendo es interesante oír su consejo. A pesar de que el Mestre tiene una personalidad muy fuerte y por supuesto que hemos tenido algún desacuerdo.
Ya he visto a mucha gente salir de la academia enfadados, pero quizás porque yo siempre he tenido esa capacidad de decir que no si hacía falta que nunca hemos tenido desacuerdos graves.
Conseguí convertir la parte negativa del mestre en algo positivo para mí. Intentaba aprender las cosas que él quería pasarme sin fijarme en las maneras. Intento pasar todo lo que aprendí con él a mis alumnos y claro que a vece también hay que limar asperezas, pero creo que no se puede comparar.
Hay veces que uno quiere exigir a los alumnos y puede hacerlo, pero justamente por la diferencia de edad y de cultura, creo que se puede hacerlo de otra manera.
Si enseñara de la misma manera en la que aprendí no tendría alumnos.
Es otra época, otro contexto, otra historia. El Mestre ha llegado al punto de poder escoger quién entrena con él y quién no. Si yo pierdo 5 alumnos me encontraría en dificultades.
En este caso estoy hablando de dinero pero lo más importante es que eso es lo menos importante en la relación entre personas. A veces un alumno está contigo 3, 4 o 5 años y decide parar. Tienes que respetarlo.
De estas cosas también se aprende como profesor.
Al estar tan próximo al Mestre escribió recientemente su biografía. Nos gustaría saber como fue ese proceso y también como él recibió ese regalo que le hizo al escribir el libro.
Tuve la idea de escribir el libro poco antes de formarme. En 2004 me formé en lo que se llamó la «generación miudinho» porque fue en nuestra generación cuando el Mestre acabó las secuencias de miudinho.
Viajé mucho acompañando al Mestre y pude ver la influencia que tiene en la capoeira y no solo en el grupo Cordão de Ouro.
Desde que era corda verde viajé con el Mestre y al principio íbamos más a visitar otros grupos que a entrenar con otras academias de Cordão de Ouro. El ver la importancia que tenía para esos otros grupos me marcó mucho.
Siempre me ha gustado mucho investigar, cuando veía una notícia de capoeira la recortaba y la guardaba. Visitaba librerías antiguas para buscar libros de capoeira, discos, vídeos… podía estar hasta 2 horas en la misma tienda buscando.
Gracias a eso tengo un archivo muy grande, y un día empecé a organizar toda la información que tenía. No fue una decisión tomada en un día, llevó tiempo organizar la información ya que tenía muchas cosas, poco a poco fui separando lo que podía ser interesante para el libro.
El segundo paso fue ordenarlo todo en orden cronológico.
Cuando ya tenía la idea de escribir el libro empecé a entrevistar a mestres cada vez que iba a Brasil, Mestre Maneca, Mestre Flávio, Mestre Sarará…
En 2013 mi família fue a pasar el invierno (europeo) a Brasil y me quedé solo en casa, en ese momento empecé a construir la columna vertebral del libro.
Fueron 4 meses en los que estuve solo y me pasaba el día delante del ordenador para transcribir las entrevistas y organizar todo el material. Tenía una entrevista de 4 horas con el Mestre.
Cuando ya tenía la estructura empecé a montar las fotos y durante la celebración del 50 aniversario del grupo en 2017 presenté el libro. Un libro del que ahora en mayo se lanzará una edición en ruso.
¿Cual fue la entrevista que más te sorprendió y la que más te gustó?
La verdad es que el Mestre siempre ha sido una caja de sorpresas para mí.
Muchas veces dudaba de las historias que me contaba, pero al tiempo descubría que eran verdad. Para ser sincero las historias que más me han sorprendido han sido siempre las del Mestre.
Me gustó mucho un pasaje que escribió Mestre Caveirinha.
Era sobre una historia que siempre había oído de los Mestres más antiguos de una bronca entre Mestre Bilisco y el Mestre. Fue un encontronazo en un bar y Mestre Marcelo consiguió relatarlo de una manera excelente.
El libro es Mestre Suassuna – Zum zum zum Cordão de Ouro
¿En la época en la que estuviste mal tuviste mucho contacto con el Mestre?
(NdA: Mestre Boca Rica se sometió a una cirugía de transplante de cadera)
No mucho, no.
Fue un período en el que estaba muy distante de él, fue un momento muy introspectivo, mirando hacia dentro.
El período tras mi operación de cadera fue muy duro. Los médicos diagnosticaron como un tipo de lesión en el cartílago del fémur y el acetábulo de la cadera.
Ya hacía tiempo que sentía dolores, como 7 u 8 años. Probé varios tratamientos alternativos pero al final tomé la decisión de operarme.
No fue fácil tomar la decisión y tuve que esperar otros 2 años hasta que me llamaron para la operación. Fue muy duro, el proceso no fue fácil y tras la operación tuve una especie de colapso nervioso en muchos sentidos. Fue un proceso de cambios muy grandes en mi vida.
Creo que todo llega para fortalecerte
Hoy me veo más fuerte, todos buscamos precisamente eso, nuestra fortaleza interior. No creo que haya que buscar fuera sino dentro de nosotros mismos.
Cuando estás en un momento complicado de tu vida puedes perder el control e intentar buscar culpables pero creo que es muy importante mirar en tu interior y estar listo para buscar soluciones.
En tu trabajo están muy presentes los espectáculos que vienen del grupo… ¿Qué otras manifestaciones culturales trabajas y exploras en tu grupo fuera de la capoeira?
Sigo la base de lo que hacíamos con el Mestre.
Siempre hubo makulelê, puxada de rede, dança guerreira pero además de esto tengo mi búsqueda personal.
Por eso hemos ido añadiendo otras cosas como el coco o el jongo y cosas que aprendí con otros Mestres como Mestre Brasília que sempre aportó muchos a mi capoeira. Algunas son el samango o la samba de angola, esa parte musical que siempre intento añadir a mi trabajo.
Un trabajo que tiene una parte importante de creación musical, he compuesto varias sambas que quiero publicar. A parte de las que ya tengo de capoeira. Siempre me gustó componer canciones de capoeira, empecé poco a poco y como vi que a la gente le gustaba lo que componía fui ganando confianza y ganas de hacer cosas nuevas.
¿Quiénes son tus referencias a parte de tu Mestre?
En São Paulo creo que me influenciaron todos los mestres más antiguos que pasaron por la academia de mi Mestre: Mestre Xavier, Tião, Durinho, Sarará, Zé Antônio, Ponciano… ellos ya eran mestres o contra-mestres cuando yo entré. Gente que ya tenía su trabajo y que nos inspiraban a los más nuevos.
Pero hay gente que e marca más, ¿no?
Puedo afirmar con seguridad que Mestre Brasília fue una gran influencia cuando estuve al lado del Mestre.
Mestre Brasília es una persona muy tranquila pero que siempre tiene ese consejo que te llega. Al menos conmigo siempre que lo necesité me dio consejos que me marcaron.
Mestre Acordeón es también una persona muy cercana a mí, le tengo mucha estima y admiro mucho como entiende y enseña la capoeira.
Creo que mis mayores influencias han sido ellos dos, claro que con cada Mestre que conoces aprendes un poquito más. Mestre João Grande también es una gran influencia para mi, estos últimos años he tenido la oportunidad de pasar algún tiempo más con el Mestre y es una persona que siempre te enseña algo nuevo.
Durante 10 años fui cada año a Salvador para ir a entrenar en la academia de Mestre João Pequeno y también pude pasar tiempo con él en eventos en Belo Horizonte, en São Paulo o en Curitiba. Era su fan carpetero 😉
Para acabar, ¿qué consejo le darías a alguien que está empezando en la capoeira?
Mmm, un consejo…
Creo que podría ser la primera respuesta que di: disciplina, constancia y mucho amor hacia la capoeira.
Si estás empezando a trabajar en la capoeira tienes que saber que ella te puede abrir muchas puertas pero tiene una energía muy fuerte, sabe filtrar a las personas y quedarse con las que la tratan con cariño.
Así que creo que tienes que querer a la capoeira, prácticala con amor, con dedicación y disciplina. Con constancia lo conseguirás.
Y la vida de capoeirista es muy gratificante.
Gracias por haber venido Boca
¡Gracias a vosotros!
¿Hoya ya has pensado en dejar la capoeria?
No, hoy aun no 😉